martes, agosto 02, 2005

EL CORAZÓN ENTRE ARRECIFES

El alma no regresa aún a este desatornillado cuerpo. No quiere la muy infame. Andará bajo esos altísimos laureles de Oaxaca, columpiándose, frotando su melena alborotada en esas ramas milenarias... Al desplome de la tarde irá a sentarse al zócalo, se beberá un mezcal, o dos, con esos limones gordos sabor a mango, escarchados con sal de gusanito. Por la noche se encaminará a La Parroquia, bar donde le cantan lo que pida y le ruegan que se quede. Sí, eso ha de ser. Aquel joven trovador con voz de campanario la tiene secuestrada.
Méndiga, altamente traicionera, ya regrésate, le digo, no me dejes fuera al corazón golpeándose contra arrecifes, intentando pisar de nuevo esta inamovible tierra...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no eres la única que no ha completado sus fragmentos, yo todavía no entiendo qué pasó anca chuchi, la memoria se rehúsa a la acostumbrada crueldad. Un abrazo, Paty

Anónimo dijo...

Sí, Paty, lo imagino... Tú que eres narradora, envíame una crónica para ponerla aquí. No sé, quizá de esa manera, podamos irnos pegando poco a poco.
Lo único malo fue que no nos trajimos esa bebida hartamente psicotrópica llamada mezcal.
Abraxos,