queridas todas
hoy es el 6 de junio y desde hace tres días nos han devuelto el sol de quito que alguien nos lo quitó desde hace meses y quién sabe por qué
(la diferencia con el de allá es que uno lo busca lo ama lo mira lo cuida tal vez porque sabe que --como si se tratara de una mujer-- lo va a perder)
y recordando la ciudad ¿horrible? ¿tolerable? ¿querida pese a todo como una hija fea?
las recuerdo a ustedes hermosas inteligentes alegres generosas duraderas (desde la noche de mi llegada hasta la mañana de mi partida)
como para reconciliarse con la humanidad (¿les dije esto a todas o a algunas o alguna? ¿les agradecí que hubieran nacido o existir o haber estado en el momento preciso en el sitio preciso para que no desespere del mundo y de hoy día?)
y hasta reconciliarse con uno mismo por la lucidez (que es como una quemadura la más cercana al sol) de lo visto y la decepción de lo sido
cosas que --como el romanticismo que uno esconde por pudor en lo que escribe-- los demás no llegan a ver en lo que se hace
y ya de nuevo aquí como si no hubiera pasado nada
como si no hubiera que ir de quito a miami a ciudad méxico y de allí a monterrey para encontrarlas
como si no hubiera venido de monterrey a méxico a miami y de allí a quito
hoy es el 6 de junio y desde hace tres días nos han devuelto el sol de quito que alguien nos lo quitó desde hace meses y quién sabe por qué
(la diferencia con el de allá es que uno lo busca lo ama lo mira lo cuida tal vez porque sabe que --como si se tratara de una mujer-- lo va a perder)
y recordando la ciudad ¿horrible? ¿tolerable? ¿querida pese a todo como una hija fea?
las recuerdo a ustedes hermosas inteligentes alegres generosas duraderas (desde la noche de mi llegada hasta la mañana de mi partida)
como para reconciliarse con la humanidad (¿les dije esto a todas o a algunas o alguna? ¿les agradecí que hubieran nacido o existir o haber estado en el momento preciso en el sitio preciso para que no desespere del mundo y de hoy día?)
y hasta reconciliarse con uno mismo por la lucidez (que es como una quemadura la más cercana al sol) de lo visto y la decepción de lo sido
cosas que --como el romanticismo que uno esconde por pudor en lo que escribe-- los demás no llegan a ver en lo que se hace
y ya de nuevo aquí como si no hubiera pasado nada
como si no hubiera que ir de quito a miami a ciudad méxico y de allí a monterrey para encontrarlas
como si no hubiera venido de monterrey a méxico a miami y de allí a quito
para sólo recordarlas
y me hacen falta precisamente para reconciliarme conmigo
y de nada sirve armar el tinglado de un bar en todo diferente
con un plato con pepinos y rábanos y zanahorias (aquí no hay jícama) cortados
y el benéfico zumo de limón gobernándolo todo junto a la sal su esposa
y un vaso (gracias anna) del mejor tequila (gracias de nuevo anna) junto a una buena cerveza
y de nada sirve porque no están ustedes y no están héctor siempre igual a sí mismo ni el ocasional y envidiable ausente lorin
y no está el encuentro con la poesía (me refiero a la auténtica en el "reforma" y no en el palacio de justicia) donde nos encontrábamos y hasta nos sobraba --como sucede a veces con el amor al día siguiente-- para compartirla con aves de paso de la poesía y no o de la poesía y no tanto o de la poesía y quién sabe
y hojeo (¿ojeo?) las páginas de dulce maría de malena de anna y de patricia (no hay páginas de ofelia sino el recuerdo de su rostro y su voz y la voz y el rostro de chela y analuisa y la pintura de ximena y el desapego ¿ocasional? de carmen)
llenándome los ojos y los oídos llenando quito (el mío personal ísimo)
con su ausencia
y yo aquí con esta palabrería igual a la de allá
y yo aquí con esta palabrería igual a la de allá
ganando tiempo para decirlo todo
diciendo todo sin decir nada
porque el corazón no sabe hablar sino que balbucea o tartamudea
su lenguaje está hecho de sílabas que quieren decir gracias o te quiero
aunque sean palabras gastadas por el uso a veces indebido como el que se hace del rostro del héroe en las monedas
pero que algo --una intuición una mirada un beso en la frente una caricia en el pelo-- les devuelve el sentido que tuvieron
antes de ir de boca en boca golpeándose contra los dientes y la lengua hasta perder su sentido
y tener que inventarnos como los sordomudos un lenguaje de las manos
para comunicarnos a la distancia
un lenguaje de los dedos que escriben letras palabras frases
que quieren decir algo que quieren decir las quiero que quieren decir
que quieren decir algo que quieren decir las quiero que quieren decir
gracias
y tú héctor ¿pensabas librarte de esta palabrería debido al vocativo femenino
¿creías que la reivindicación de género --yo pregunté una vez allá "¿Y dónde nos sentamos nosotras?"-- iba a abarcarte?
tenía que ponerte en un pedacito de esta carta aparte
por razones de género y razones corazonales
y como para continuar una conversación que no tuvimos
(en montevideo neruda fue a buscar una vez a enrique amorim amigo suyo y al no encontrarlo me dijo
"Qué pena no haberlo visto. Teníamos tantas cosas que no decirnos")
leo "De las utópicas ciudades" (porque suelo leer al revés esos libros que no continúan desde el comienzo)
y me siento de nuevo cerca de la puerta y te oigo esa ponencia que le faltó a Monterrey 96 para estar completo y sólo yo la escucho ahora
y te doy un abrazote por ella y por ti y por lo que eres y por lo que das <
echando de menos tu generosidad
y me tomo un trago solo y me haces falta también para eso
entonces
antes de echar una lagrimita (¡en mi orgullo! ¡a mis años!)
voy a beberme un trago largo (interrumpí la epístola ¿así se dice? y ya es la tarde crepuscular)
antes de ir a leer ante un público fiel unos poemas de fernando pessoa
y para no hundirme en su-mi pesimismo en su-mi amarga amargura
los veré a todos ustedes sentados a una mesa
haciéndome la ilusión de que esperan que termine de leer para unirme a ustedes
Quito, Ecuador
diciéndome esta vez quién sabe ojalá para siempre
Quito, Ecuador
6 de junio de 1996
Y así fue, querido maestro: PARASIEMPRE...
Y así fue, querido maestro: PARASIEMPRE...