jueves, enero 12, 2006

AÑOrándome

“El amor no se paga con el olvido, ni con el amor sólo; se paga reflejándolo, devolviendo –cada cual en lo suyo- la riqueza con que nos inundó. Lo mío es escribir.”

Antonio Gala

Hoy, hace 46 años, llegué a este planeta en una madrugada fría, poco después de haberse quebrado la noche en su mitad.
¿Cómo me siento? Añorada, respondo entre dos o tres suspiros.
Me extraño caminando a la escuela, bajo el alucinante sol que entonces no quemaba ni marcaba mi rostro; el trayecto lento de regreso, acompañada siempre por fieles amigas, comiendo tostadas con chile y coca cola sin temor a engordar pues estábamos como plumas húmedas, y las piernas se asemejaban a dos hebras colgando de la falda.

Sí, debo confesar que el sentimiento que prevalece por estos días es totalmente de extrañeza. Extrañeza por lo rara en que me veo día a día (me busco, me busco y no me encuentro), extrañeza porque extraño mi cabello pesado y abundante, mi cintura de avispa, el brillo de mis ojos, la firmeza de las carnes, lo aterciopelado de la piel; extrañeza de que ya nada me parezca extraño o sorprendente y sin embargo los miedos van a la alza.

Sin embargo, tengo mucho por qué estar agradecida. La gratitud es la memoria del corazón y mi corazón puede adormilarse, pero jamás olvida. Tengo un puñado de amigos fieles, que han permanecido a mi lado a pesar de tantos desvaríos y tantas ofensas. Tengo tres hijos a quienes les toqué como madre y que aún me abrazan y me dicen que me quieren. Tengo un compañero digno de mis sueños adolescentes, que camina junto a mí, me ve, me escucha y creo que me ama. Tengo cinco libros escritos y tres publicados contra todos los pronósticos. Tengo a mi padre, a quien casi no veo, pero que sé que me quiere a su manera; una hermana que lucha a brazo partido por sobrevivir y que es mi más grande espejo. Tengo una casa donde siempre hay ruido de vida: pájaros, música, tarareos, voces y gritos, carcajadas cuando vienen los amigos… Tengo dos familias muy distintas entre sí, pero que son el pegamento necesario para seguir adelante: Los Kullick´s y los Lackner´s. Tengo el credo de Dios Universo y de la magia que sostiene todos mis temblores. Tengo esta comezón de escribir que axialmente me salva de tanta locura interna y externa. Tengo la risa, tengo el llanto, tengo la suerte de seguir viajando y conocer lugares inimaginables. Tengo los sueños que me dictan el estado de mi alma, sus deseos escondidos, las respuestas a tantas preguntas… Tengo mis preciados silencios donde recuerdo y reflexiono, donde el canto interno me cubre en su espiral. Tengo, tengo. Es tanto lo que la vida me ha dado, incluyendo los golpes, traducidos en aprendizajes y experiencias, para valorar lo que realmente importa y lo que está destinado para mí.

Sí, es verdad, el tiempo va cobrando una vertiginosa velocidad, ya casi el día se constriñe y se ha convertido en la mitad de uno de aquellos días de la infancia. Y yo no he querido dejar pasar éste para dictarle, en blanco y negro, al universo, el montón de cosas por las cuales estoy inmensamente agradecida.

Feliz cumpleaños, mía amiga, felices cumpledías!!!!

5 comentarios:

Zaira Eliette Espinosa dijo...

Felicidades Anna! Tienes tantas cosas bellas y valiosas, que sin darte cuenta las compartes con tu amistad y tu sonrisa. Gracias! Que lindo añoras!

sedienta de humedales dijo...

Gracias de nuevo, Zaira. Me encantó tu llamada en mi cumpleaños. Un gustazo escuchar tu hermosa voz de nuevo.

susana vega dijo...

Anna y a tu pesar, agregale ese talento divino que estruja a tantos corazones. Te quiero mucho

sedienta de humedales dijo...

Todo mi querer devuelto para ti, Paty hermosa.

Anónimo dijo...

Felicidades, tienes muchas cosas...!!!
yo vivo solo, tengo una mascota, una gata muy linda, mi casa se llena a veces pero generalmente está llena de ideas... de llamadas telefónicas, de trabajo y de amor....

yo tengo 39. En agosto 9 llegaré a los 40, con la misma adolescencia de los 18 pero más sabio de otra manera...