Desde la ira iridiscente
el alcohol que arde y apacigua
hasta los versos que amables dañan
todos los venenos
todos los antídotos
han tocado esta mordida
Por ella siguen transcurriendo
el respiro de unos nardos
que tienen permiso de pecar
la peligrosa redondez de un océano
el nacimiento de tifones y su amenaza de acabarme
Mi herida ha hospedado
rojas dulces y húmedas manzanas
cantos callados de bocas imposibles
el estrépito de blancos lirios
que la hacen supurar de nostálgicos infiernos
Como a la tierra
cortada con la espada ardiente de negros agujeros
la sal de más de un llanto le ha quemado
frívolos vientos en ocasiones la adormecen
entonces creo se ha cerrado
Con el desbordamiento de su sangre
ha incendiado reinos de miradas
y la lluvia pertinaz de amargos tréboles
despejó un viejo camino
haciéndome doblar temblando
en esta equivocada y necesaria esquina.
2 comentarios:
El azar me ha traído a tu blog literario. Me gusta....
Gracias, Ángel. Bienvenido y ojalá lo sigas disfrutando.
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