sábado, junio 04, 2005

LOS DÍAS ME CAMINAN

Salgo de mi guarida todas las mañanas a las siete, después de que mis hijos se han montado en el transporte escolar. Cargo todavía en los ojos sueños no del todo digeridos. Camino cuesta abajo, me cruza la iglesia al costado derecho, me persigno y le pido a Dios por todos nosotros, pero especialmente por nosotros todos. Me atraviesa el estanque de las brujas, un arroyo enmarañado de árboles caídos con peces muertos, pero lindo al fin de cuentas, sobre todo cuando cuadrillas de mozalbetes (mis hijos incluidos), lo han limpiado. Me adentro en el caminador del parque y, como experta buscona perdida, empiezo a darle vueltas. Prefiero no contarlas pues me mareo demasiado pronto y ya no pienso.
La inhalación se expande a medida en que mi oído y mis ojos van comiéndoselo todo: árboles cambiando de hojas, flores naciendo, desnaciendo, o simplemente muriéndose; el incomprendido y terco musgo creciéndole al asfalto; el mismo perro olfateando las patas de las bancas, el timbre incisivo de un despertador que nadie hace callar; la chica hermosa que espera el camión sentada en la misma esquina, el par de albañiles que custodian mis costados por brevísimos segundos... todo esto siempre, cada día, de lunes a viernes, de cierto inicio al certero desfallecimiento.
Ayer, sin embargo, robé una historia; debajo de un arbusto encontré un pequeño bolso infantil, adentro vivían un globo agujerado, una moneda de cinco pesos, la hoja roja de un otoño, una cuenta de vidrio verde, y ahora, con mis dos lágrimas calientes... también yo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por más que intento levantarme y seguirte en tus aventuras, la madrugada todavía no se me da... leerte es maravilloso, haces irresistible el paseo, me propongo uno de estos días caminar contigo también esta ruta y quien quita, hasta lleguemos a encontrar lo que andamos buscando.
Abrazos

Anónimo dijo...

No te apures, pa que dures, More, querredérima amiga. Ya sé que andas como canica en lavadero o palmera en huracán (or both). Gracias por tu dulce comentario. Mi amor va de regreso envuelto en un gran abrazo.